Discusión sobre este post

Avatar de User
Avatar de Gabriela Gómez

Que escrito tan bonito y tan poderoso.

A veces quiero tomarme un tiempo para leer e interiorizar, pero temo que en mi cabeza hay algo similar a una condicionante, entonces voy rápido, queriendo pasar a la siguiente lección como si en segundos hubiese absorbido la primera. Estoy bastante segura de que no soy la única que lo vivo de esta manera, pero eso no lo hace mejor sino todo lo contrario. Me conmueve leer exactamente lo que en el fondo queremos y que se ha hecho tan cuesta arriba en un mundo plagado de estímulos.

Expand full comment
Avatar de Pedro Gala

Estoy completamente de acuerdo contigo. Lo que describes es un sentimiento que cada vez me resuena más profundamente. Vivimos en una era de sobrecarga, de inmediatez, donde cada notificación, cada post, cada mensaje nos llama a reaccionar, a estar disponibles, a ser productivos constantemente. Y, sin embargo, este ruido constante nos está desconectando de lo que realmente importa: de nosotros mismos, de nuestros pensamientos, de nuestra capacidad de reflexionar y de sentir.

La rapidez con la que vivimos, el ‘scrollear’ sin descanso, nos hace perder la capacidad de estar presentes. Y cuando estamos siempre corriendo, no hay espacio para el silencio, para la reflexión profunda, para el momento de pausa en el que nos escuchamos realmente. Nos hemos acostumbrado a medir el valor de las cosas por su rapidez, por lo inmediato, pero es en la lentitud donde se encuentra la profundidad. La verdadera comprensión, la verdadera conexión.

Substack, como mencionas, representa un refugio de esa búsqueda de un espacio más humano. No se trata solo de consumir información de manera superficial, sino de darle tiempo y espacio a las ideas para que maduren. Escribir más lento, leer con más atención, hacer un alto en el camino y preguntarnos si lo que estamos haciendo, o hacia dónde estamos yendo, realmente nos llena.

Es cierto que vivimos en un sistema que favorece la productividad sobre el ser. Nos han enseñado a ver el descanso como un lujo y la introspección como algo innecesario, pero lo que olvidamos es que es en ese espacio de quietud donde realmente encontramos las respuestas que buscamos. Porque cuando nos detenemos, podemos mirar hacia adentro y realmente ver lo que necesitamos. No es una coincidencia que, ahora más que nunca, estemos buscando esa calma, ese espacio para pensar y sentir sin prisa.

La verdadera conexión humana no está en la velocidad con la que interactuamos, sino en la profundidad con la que nos escuchamos unos a otros. En la forma en que nos permitimos ser vulnerables, en cómo compartimos nuestras historias sin temor a ser evaluados por algoritmos, sino por la autenticidad de nuestra experiencia. Al final, lo que importa no es tanto lo que decimos, sino cómo nos escuchamos y nos entendemos en ese proceso.

Creo que este es el comienzo de un despertar colectivo. Una invitación a regresar a lo esencial, a lo que realmente nos conecta. Es un llamado a la introspección, a redescubrir lo que realmente nos mueve. Porque, al final, como bien dices, la velocidad y el ruido nos están perdiendo a nosotros mismos. Y este momento de pausa, de reflexión y de cambio es nuestra oportunidad para recuperar lo que hemos perdido.

Es momento de detenerse, de respirar y de encontrar ese ritmo más humano. Porque en ese espacio, en esa quietud, es donde podemos realmente vivir, entender y, sobre todo, ser nosotros mismos.

Expand full comment
95 comentarios más...

Sin posts