A veces quiero tomarme un tiempo para leer e interiorizar, pero temo que en mi cabeza hay algo similar a una condicionante, entonces voy rápido, queriendo pasar a la siguiente lección como si en segundos hubiese absorbido la primera. Estoy bastante segura de que no soy la única que lo vivo de esta manera, pero eso no lo hace mejor sino todo lo contrario. Me conmueve leer exactamente lo que en el fondo queremos y que se ha hecho tan cuesta arriba en un mundo plagado de estímulos.
Es tan difícil darle un tiempo a todo aquello que crees importante ,quieres “absorber “ todo aquello que te gusta.Pero el tiempo y el momento te lo impide y cuando vuelves a intentar conectar con algo,esa “chispa” se ha perdido ,es un momento difícil y confuso entre disfrutar de todo y no tener tiempo para hacerlo .
Si, siempre que estoy leyendo me doy cuenta que no estoy pensando realmente en la información adquirida y al poco tiempo recuerdo el sentimiento del texto pero no su profundidad
Estoy completamente de acuerdo contigo. Lo que describes es un sentimiento que cada vez me resuena más profundamente. Vivimos en una era de sobrecarga, de inmediatez, donde cada notificación, cada post, cada mensaje nos llama a reaccionar, a estar disponibles, a ser productivos constantemente. Y, sin embargo, este ruido constante nos está desconectando de lo que realmente importa: de nosotros mismos, de nuestros pensamientos, de nuestra capacidad de reflexionar y de sentir.
La rapidez con la que vivimos, el ‘scrollear’ sin descanso, nos hace perder la capacidad de estar presentes. Y cuando estamos siempre corriendo, no hay espacio para el silencio, para la reflexión profunda, para el momento de pausa en el que nos escuchamos realmente. Nos hemos acostumbrado a medir el valor de las cosas por su rapidez, por lo inmediato, pero es en la lentitud donde se encuentra la profundidad. La verdadera comprensión, la verdadera conexión.
Substack, como mencionas, representa un refugio de esa búsqueda de un espacio más humano. No se trata solo de consumir información de manera superficial, sino de darle tiempo y espacio a las ideas para que maduren. Escribir más lento, leer con más atención, hacer un alto en el camino y preguntarnos si lo que estamos haciendo, o hacia dónde estamos yendo, realmente nos llena.
Es cierto que vivimos en un sistema que favorece la productividad sobre el ser. Nos han enseñado a ver el descanso como un lujo y la introspección como algo innecesario, pero lo que olvidamos es que es en ese espacio de quietud donde realmente encontramos las respuestas que buscamos. Porque cuando nos detenemos, podemos mirar hacia adentro y realmente ver lo que necesitamos. No es una coincidencia que, ahora más que nunca, estemos buscando esa calma, ese espacio para pensar y sentir sin prisa.
La verdadera conexión humana no está en la velocidad con la que interactuamos, sino en la profundidad con la que nos escuchamos unos a otros. En la forma en que nos permitimos ser vulnerables, en cómo compartimos nuestras historias sin temor a ser evaluados por algoritmos, sino por la autenticidad de nuestra experiencia. Al final, lo que importa no es tanto lo que decimos, sino cómo nos escuchamos y nos entendemos en ese proceso.
Creo que este es el comienzo de un despertar colectivo. Una invitación a regresar a lo esencial, a lo que realmente nos conecta. Es un llamado a la introspección, a redescubrir lo que realmente nos mueve. Porque, al final, como bien dices, la velocidad y el ruido nos están perdiendo a nosotros mismos. Y este momento de pausa, de reflexión y de cambio es nuestra oportunidad para recuperar lo que hemos perdido.
Es momento de detenerse, de respirar y de encontrar ese ritmo más humano. Porque en ese espacio, en esa quietud, es donde podemos realmente vivir, entender y, sobre todo, ser nosotros mismos.
La slow life es tan difícil de vivir con el ritmo frenético comiéndonos los talones como encontrar gente auténtica que se muestre sin miedo como realmente es en vez de como la sociedad marca que debería ser. Y sí, coincido contigo en que substack es un oasis con palmeras llenas de dátiles y un pozo de agua fresca en medio de la vorágine digital. Lo que más me preocupa es que nuestra generación vivió la vida sin RRSS y de alguna manera, esto nos ayuda a volver a conectar con nuestra versión 1.0, sin embargo la juventud de hoy en día ha nacido en un mundo donde scrollear un reel tras otro es el pan de cada día. Y esta inmediatez que están viviendo desde el minuto cero les impide bucear en las profundidades de la vida y les obliga a quedarse como bien dices en la superficie, con una visión sesgada y sin matices. No es casualidad que los niños de ahora no sean capaces de mantener la atención en una cosa por más de 10 minutos, que apenas conozcan el placer de sentir un libro en las manos y doblar esquinas, de sumergirse en un historia contada capitulo a capítulo. La buena noticia es que gracias a espacios como substack parece que podemos ir dándole la vuelta a esta situación y como decía mi abuela, grano a grano, se hace granero 🧡
Qué necesario todo lo que dices. Vivimos en un ritmo que empuja al exceso, a la apariencia, a la velocidad sin pausa—y encontrar espacios como este, donde aún se valora lo lento, lo honesto, lo profundo, es casi un acto revolucionario.
También comparto tu preocupación por la inmediatez que consume a las nuevas generaciones. Es difícil bucear cuando todo te empuja a flotar en la superficie. Pero sí, como decía tu abuela (sabiduría absoluta): *grano a grano, se hace granero*. Y tal vez eso sea lo más poderoso que tenemos: seguir sembrando, con intención, aunque no sepamos cuándo o cómo germinará ✨
Lo peor es que a pesar de que sabemos que familias viven dándole a sus hijos satisfacción instantánea con el scrolleo no podemos hacer nada, por qué al contrario de que lo tomen a bien terminan ofendiéndose por algo que realmente tiene importancia sobre las habilidades de sus hijos, lo aún peor es que ya hay estadísticas que muestran como las habilidades de los niños van en decadencia. 😣
Leí esto como quien abre una ventana en medio del ruido. Y me quedé un rato ahí, respirando más lento.
Soy ingeniero de software, trabajo entre sistemas, pantallas y tiempos que corren demasiado rápido. Pero también escribo, porque si no lo hago, me empiezo a perder.
Lo que dijiste me hizo mucho sentido. Ese cansancio disfrazado de productividad, esa necesidad de silencio, de intención. Substack —como bien decís— no es el protagonista, pero sí se ha vuelto un refugio. Un espacio para volver a pensar, a sentir, a escribir sin filtro.
Gracias por este texto. A veces lo más revolucionario es simplemente detenerse.
Qué belleza todo lo que compartiste. Me emociona ver cómo, incluso desde mundos que parecen alejados de lo "creativo", hay una pulsión interna que nos empuja a escribir para no perdernos de nosotros mismos.
Esa frase tuya, “ese cansancio disfrazado de productividad”, me tocó. Porque sí, nos han enseñado a correr sin pausa, pero nunca a escuchar lo que el cuerpo susurra cuando ya no puede más. Substack, como dices, se siente como abrir una ventana en medio del ruido. Un lugar donde pensar se vuelve un acto de presencia.
Está app llegó en el momento donde más lo necesito, me he alejado paulatinamente de las redes sociales, soy una persona joven, que se deprime fácil y lo quiero cambiar, pero esa busqueda de dopamina me llevo a necesita las redes que me destruían más. Leer y leer me ha ayudado mucho y esto q acabo de leer es algo que he disfrutado mucho 🫶🏻
Gracias por tu comentario ✨ Ojalá encuentres paz en medio del ruido. Aunque el mundo a veces agobie, hay espacios como este que existen justo para recordarte que no estás sola.
Entiendo perfectamente de lo que hablas, aunque yo he decidido hace mucho tiempo salir de la "carrera de la rata". Soy artista pintor de hace 25 años, toda mi vida productiva, si se puede decir de esta manera, porque hoy día, producir es paralelo a dinero, existir, es paralelo a saturación de ocupaciones, trabajar, es ser un engranaje más en la faja transportadora de la riqueza que lleva a la cúspide todo el beneficio de las masas. En fin, prefiero subistir precariamente, de manera auténtica y libre, que ser partícipe de la gran carrera de la imagen, el ego y la falacia. Y aquí, aunque una aplicación más que conecta gente, un poco más profundamente, no deja de incomodarme, porque no dejo de añorar las cartas antiguas, las reuniones humanas, y el vino tinto en una conversación privada hasta la madrugada... Saludos.
Te leo y te siento. Elegir la autenticidad en un mundo que glorifica la velocidad, el ruido y la productividad constante es un acto de resistencia profunda. Entiendo esa incomodidad, ese anhelo por lo tangible, lo íntimo, lo lento. Y aunque esto sea solo otra plataforma, celebro que aún podamos encontrar pequeños rincones donde las palabras no se midan por métricas, sino por conexión real. Gracias por compartir desde ese lugar tan honesto ✨
En los últimos meses mi vida a sido tan rápida, que cuando pare a pensar que estaba haciendo, no reconocí ni mis propios sentimientos, me siento muy identificada con esto, gran escrito!
Despertemos, vivamos la vida lentamente para que cuando nos paremos a ver lo que hemos hecho, lo que somos y como nos sentimos, no nos encontremos con un desconocido
¡Hola! Caí en esta publicación un poco al azar. La semana pasada empecé a escribir en Substack justamente por esa necesidad de pausar, de vivir orgánicamente y de salirme de esas otras redes que me estaban enfermando el alma. Escribo sobre el vino, pero en realidad escribo sobre otras cosas, sobre todas las dimensiones humanas y culturales de una bebida milenaria; y mi primer post fue sobre el tiempo. Me encanta haberme encontrado ya con algunas personas que, escribiendo sobre otras cosas, en definitiva escribe sobre lo mismo. Suscribo enteramente a tus palabras. Hagamos un esfuerzo por preservar esta red (ya he visto gente subiendo reels con cambios de planos cada 2 segundos...).
Que belleza de texto! Ame 'el espacio para pensar más lento y escribir más hondo' es demasiado cierto. Ya no nos damos el espacio para pensar lentamente y procesar la cantidad de información que consumimos por día. Me encanto!
Hermoso escrito, se sintió como un resumen de la vida hoy en día. Siempre busco como en mi caso, como estudiante universitario, mantenerme dentro de los margenes productivos que aplican en lo académico, pero tampoco descuidarme a mí mismo. Es un balance super raro que ni quisiera hacer, ya hasta se me hace difícil recientemente ponerme a leer, porque siempre hay algo que hacer o adelantar. Así que por no perder el hábito y mantenerme en contacto con el mundo y mismo, a veces leo par de cosas y escribo, tomándome todo el tiempo que pueda.
Te entiendo completamente. Ese intento constante de mantenerte productivo sin desconectarte de ti mismo es una cuerda floja que muchos estamos intentando caminar. Sobre todo en la universidad, donde todo gira en torno a hacer, avanzar, rendir—y poco se habla de sostenerte tú en el proceso.
Que te tomes el tiempo para leer y escribir, aunque sea un poco, es una forma silenciosa pero poderosa de cuidarte. De seguir presente en medio del ruido. A veces no se trata de tener el equilibrio perfecto, sino de no perder el hilo que te conecta contigo. Y eso, ya es un acto de resistencia.
Sonaré paranoico, pero a veces siento que las redes sociales aíslan por diseño, que los medios masivos en general lo hacen. Siento que están pesados para saturar y angustiar, es decir, generar el famoso FOMO (Fear Of Missing Out). También creo que usarlas de manera pausada para nuestros intereses (o incluso salirse por largos ratos) es un acto de salud mental.
No suena para nada paranoico—suena consciente. Las plataformas están literalmente diseñadas para eso: generar FOMO, robar tu atención y mantenerte atrapado en ciclos de consumo sin pausa. Hay un libro que te puede interesar muchísimo, se llama Stolen Focus de Johann Hari, y habla justo de esto con una claridad brutal.
Usar las redes de forma pausada, selectiva, o incluso salirte por completo por un tiempo, no solo es un acto de salud mental—es un acto de autonomía y rebelión.
No es nada paranoico, es algo real y que está estudiando y demostrado. Te recomiendo el libro "Stolen Focus" de Johann Hari, ahí se desarrolla a profundidad lo que tú dices. Saludos!
Buen artículo. Desafortunadamente vivimos en una época en la que las personas aprenden más rápido a hacer más y mejores producciones audiovisuales para redes sociales que a escribir piezas profundas de reflexión.
Que escrito tan bonito y tan poderoso.
A veces quiero tomarme un tiempo para leer e interiorizar, pero temo que en mi cabeza hay algo similar a una condicionante, entonces voy rápido, queriendo pasar a la siguiente lección como si en segundos hubiese absorbido la primera. Estoy bastante segura de que no soy la única que lo vivo de esta manera, pero eso no lo hace mejor sino todo lo contrario. Me conmueve leer exactamente lo que en el fondo queremos y que se ha hecho tan cuesta arriba en un mundo plagado de estímulos.
Es tan difícil darle un tiempo a todo aquello que crees importante ,quieres “absorber “ todo aquello que te gusta.Pero el tiempo y el momento te lo impide y cuando vuelves a intentar conectar con algo,esa “chispa” se ha perdido ,es un momento difícil y confuso entre disfrutar de todo y no tener tiempo para hacerlo .
Si, siempre que estoy leyendo me doy cuenta que no estoy pensando realmente en la información adquirida y al poco tiempo recuerdo el sentimiento del texto pero no su profundidad
Estoy completamente de acuerdo contigo. Lo que describes es un sentimiento que cada vez me resuena más profundamente. Vivimos en una era de sobrecarga, de inmediatez, donde cada notificación, cada post, cada mensaje nos llama a reaccionar, a estar disponibles, a ser productivos constantemente. Y, sin embargo, este ruido constante nos está desconectando de lo que realmente importa: de nosotros mismos, de nuestros pensamientos, de nuestra capacidad de reflexionar y de sentir.
La rapidez con la que vivimos, el ‘scrollear’ sin descanso, nos hace perder la capacidad de estar presentes. Y cuando estamos siempre corriendo, no hay espacio para el silencio, para la reflexión profunda, para el momento de pausa en el que nos escuchamos realmente. Nos hemos acostumbrado a medir el valor de las cosas por su rapidez, por lo inmediato, pero es en la lentitud donde se encuentra la profundidad. La verdadera comprensión, la verdadera conexión.
Substack, como mencionas, representa un refugio de esa búsqueda de un espacio más humano. No se trata solo de consumir información de manera superficial, sino de darle tiempo y espacio a las ideas para que maduren. Escribir más lento, leer con más atención, hacer un alto en el camino y preguntarnos si lo que estamos haciendo, o hacia dónde estamos yendo, realmente nos llena.
Es cierto que vivimos en un sistema que favorece la productividad sobre el ser. Nos han enseñado a ver el descanso como un lujo y la introspección como algo innecesario, pero lo que olvidamos es que es en ese espacio de quietud donde realmente encontramos las respuestas que buscamos. Porque cuando nos detenemos, podemos mirar hacia adentro y realmente ver lo que necesitamos. No es una coincidencia que, ahora más que nunca, estemos buscando esa calma, ese espacio para pensar y sentir sin prisa.
La verdadera conexión humana no está en la velocidad con la que interactuamos, sino en la profundidad con la que nos escuchamos unos a otros. En la forma en que nos permitimos ser vulnerables, en cómo compartimos nuestras historias sin temor a ser evaluados por algoritmos, sino por la autenticidad de nuestra experiencia. Al final, lo que importa no es tanto lo que decimos, sino cómo nos escuchamos y nos entendemos en ese proceso.
Creo que este es el comienzo de un despertar colectivo. Una invitación a regresar a lo esencial, a lo que realmente nos conecta. Es un llamado a la introspección, a redescubrir lo que realmente nos mueve. Porque, al final, como bien dices, la velocidad y el ruido nos están perdiendo a nosotros mismos. Y este momento de pausa, de reflexión y de cambio es nuestra oportunidad para recuperar lo que hemos perdido.
Es momento de detenerse, de respirar y de encontrar ese ritmo más humano. Porque en ese espacio, en esa quietud, es donde podemos realmente vivir, entender y, sobre todo, ser nosotros mismos.
La slow life es tan difícil de vivir con el ritmo frenético comiéndonos los talones como encontrar gente auténtica que se muestre sin miedo como realmente es en vez de como la sociedad marca que debería ser. Y sí, coincido contigo en que substack es un oasis con palmeras llenas de dátiles y un pozo de agua fresca en medio de la vorágine digital. Lo que más me preocupa es que nuestra generación vivió la vida sin RRSS y de alguna manera, esto nos ayuda a volver a conectar con nuestra versión 1.0, sin embargo la juventud de hoy en día ha nacido en un mundo donde scrollear un reel tras otro es el pan de cada día. Y esta inmediatez que están viviendo desde el minuto cero les impide bucear en las profundidades de la vida y les obliga a quedarse como bien dices en la superficie, con una visión sesgada y sin matices. No es casualidad que los niños de ahora no sean capaces de mantener la atención en una cosa por más de 10 minutos, que apenas conozcan el placer de sentir un libro en las manos y doblar esquinas, de sumergirse en un historia contada capitulo a capítulo. La buena noticia es que gracias a espacios como substack parece que podemos ir dándole la vuelta a esta situación y como decía mi abuela, grano a grano, se hace granero 🧡
Qué necesario todo lo que dices. Vivimos en un ritmo que empuja al exceso, a la apariencia, a la velocidad sin pausa—y encontrar espacios como este, donde aún se valora lo lento, lo honesto, lo profundo, es casi un acto revolucionario.
También comparto tu preocupación por la inmediatez que consume a las nuevas generaciones. Es difícil bucear cuando todo te empuja a flotar en la superficie. Pero sí, como decía tu abuela (sabiduría absoluta): *grano a grano, se hace granero*. Y tal vez eso sea lo más poderoso que tenemos: seguir sembrando, con intención, aunque no sepamos cuándo o cómo germinará ✨
Lo peor es que a pesar de que sabemos que familias viven dándole a sus hijos satisfacción instantánea con el scrolleo no podemos hacer nada, por qué al contrario de que lo tomen a bien terminan ofendiéndose por algo que realmente tiene importancia sobre las habilidades de sus hijos, lo aún peor es que ya hay estadísticas que muestran como las habilidades de los niños van en decadencia. 😣
Leí esto como quien abre una ventana en medio del ruido. Y me quedé un rato ahí, respirando más lento.
Soy ingeniero de software, trabajo entre sistemas, pantallas y tiempos que corren demasiado rápido. Pero también escribo, porque si no lo hago, me empiezo a perder.
Lo que dijiste me hizo mucho sentido. Ese cansancio disfrazado de productividad, esa necesidad de silencio, de intención. Substack —como bien decís— no es el protagonista, pero sí se ha vuelto un refugio. Un espacio para volver a pensar, a sentir, a escribir sin filtro.
Gracias por este texto. A veces lo más revolucionario es simplemente detenerse.
Nos seguimos leyendo.
Qué belleza todo lo que compartiste. Me emociona ver cómo, incluso desde mundos que parecen alejados de lo "creativo", hay una pulsión interna que nos empuja a escribir para no perdernos de nosotros mismos.
Esa frase tuya, “ese cansancio disfrazado de productividad”, me tocó. Porque sí, nos han enseñado a correr sin pausa, pero nunca a escuchar lo que el cuerpo susurra cuando ya no puede más. Substack, como dices, se siente como abrir una ventana en medio del ruido. Un lugar donde pensar se vuelve un acto de presencia.
Gracias a ti por leerlo con tanta intención ✨
Muchas veces, nuestro cuerpo susurra un ya no puedo más, pero nuestra mente condicionada nos exige seguir siendo "productivos". Corres más y más.
Que magia hay en tus letras, ha de ser por la verdad que hay en ellas.
Necesitamos comprender a fondo que no se trata de correr sin sentido, a veces avanzamos más pausando un poco... :)
Que bello mensaje 🥹✨ ¡Gracias por leerme!
No sé en qué punto de la vida nos perdimos tanto en las redes sociales.
Observando la vida de los demás que olvidamos vivir la nuestra.
Está app llegó en el momento donde más lo necesito, me he alejado paulatinamente de las redes sociales, soy una persona joven, que se deprime fácil y lo quiero cambiar, pero esa busqueda de dopamina me llevo a necesita las redes que me destruían más. Leer y leer me ha ayudado mucho y esto q acabo de leer es algo que he disfrutado mucho 🫶🏻
Gracias por tu comentario ✨ Ojalá encuentres paz en medio del ruido. Aunque el mundo a veces agobie, hay espacios como este que existen justo para recordarte que no estás sola.
Entiendo perfectamente de lo que hablas, aunque yo he decidido hace mucho tiempo salir de la "carrera de la rata". Soy artista pintor de hace 25 años, toda mi vida productiva, si se puede decir de esta manera, porque hoy día, producir es paralelo a dinero, existir, es paralelo a saturación de ocupaciones, trabajar, es ser un engranaje más en la faja transportadora de la riqueza que lleva a la cúspide todo el beneficio de las masas. En fin, prefiero subistir precariamente, de manera auténtica y libre, que ser partícipe de la gran carrera de la imagen, el ego y la falacia. Y aquí, aunque una aplicación más que conecta gente, un poco más profundamente, no deja de incomodarme, porque no dejo de añorar las cartas antiguas, las reuniones humanas, y el vino tinto en una conversación privada hasta la madrugada... Saludos.
Te leo y te siento. Elegir la autenticidad en un mundo que glorifica la velocidad, el ruido y la productividad constante es un acto de resistencia profunda. Entiendo esa incomodidad, ese anhelo por lo tangible, lo íntimo, lo lento. Y aunque esto sea solo otra plataforma, celebro que aún podamos encontrar pequeños rincones donde las palabras no se midan por métricas, sino por conexión real. Gracias por compartir desde ese lugar tan honesto ✨
En los últimos meses mi vida a sido tan rápida, que cuando pare a pensar que estaba haciendo, no reconocí ni mis propios sentimientos, me siento muy identificada con esto, gran escrito!
Despertemos, vivamos la vida lentamente para que cuando nos paremos a ver lo que hemos hecho, lo que somos y como nos sentimos, no nos encontremos con un desconocido
¡Hola! Caí en esta publicación un poco al azar. La semana pasada empecé a escribir en Substack justamente por esa necesidad de pausar, de vivir orgánicamente y de salirme de esas otras redes que me estaban enfermando el alma. Escribo sobre el vino, pero en realidad escribo sobre otras cosas, sobre todas las dimensiones humanas y culturales de una bebida milenaria; y mi primer post fue sobre el tiempo. Me encanta haberme encontrado ya con algunas personas que, escribiendo sobre otras cosas, en definitiva escribe sobre lo mismo. Suscribo enteramente a tus palabras. Hagamos un esfuerzo por preservar esta red (ya he visto gente subiendo reels con cambios de planos cada 2 segundos...).
Que belleza de texto! Ame 'el espacio para pensar más lento y escribir más hondo' es demasiado cierto. Ya no nos damos el espacio para pensar lentamente y procesar la cantidad de información que consumimos por día. Me encanto!
¡Gracias Genesis!🥹✨
Que hermoso y profundo. Me encanta y resueno mucho con ello. Me ayudaste a valorar y honrar mi manera de vivir mi vida.
Me alegra mucho que te haya inspirado 🥹✨ ¡Gracias por tomarte el tiempo de leerme!
Hermoso escrito, se sintió como un resumen de la vida hoy en día. Siempre busco como en mi caso, como estudiante universitario, mantenerme dentro de los margenes productivos que aplican en lo académico, pero tampoco descuidarme a mí mismo. Es un balance super raro que ni quisiera hacer, ya hasta se me hace difícil recientemente ponerme a leer, porque siempre hay algo que hacer o adelantar. Así que por no perder el hábito y mantenerme en contacto con el mundo y mismo, a veces leo par de cosas y escribo, tomándome todo el tiempo que pueda.
Te entiendo completamente. Ese intento constante de mantenerte productivo sin desconectarte de ti mismo es una cuerda floja que muchos estamos intentando caminar. Sobre todo en la universidad, donde todo gira en torno a hacer, avanzar, rendir—y poco se habla de sostenerte tú en el proceso.
Que te tomes el tiempo para leer y escribir, aunque sea un poco, es una forma silenciosa pero poderosa de cuidarte. De seguir presente en medio del ruido. A veces no se trata de tener el equilibrio perfecto, sino de no perder el hilo que te conecta contigo. Y eso, ya es un acto de resistencia.
Sonaré paranoico, pero a veces siento que las redes sociales aíslan por diseño, que los medios masivos en general lo hacen. Siento que están pesados para saturar y angustiar, es decir, generar el famoso FOMO (Fear Of Missing Out). También creo que usarlas de manera pausada para nuestros intereses (o incluso salirse por largos ratos) es un acto de salud mental.
No suena para nada paranoico—suena consciente. Las plataformas están literalmente diseñadas para eso: generar FOMO, robar tu atención y mantenerte atrapado en ciclos de consumo sin pausa. Hay un libro que te puede interesar muchísimo, se llama Stolen Focus de Johann Hari, y habla justo de esto con una claridad brutal.
Usar las redes de forma pausada, selectiva, o incluso salirte por completo por un tiempo, no solo es un acto de salud mental—es un acto de autonomía y rebelión.
Gracias por la recomendación.
No es nada paranoico, es algo real y que está estudiando y demostrado. Te recomiendo el libro "Stolen Focus" de Johann Hari, ahí se desarrolla a profundidad lo que tú dices. Saludos!
Buen artículo. Desafortunadamente vivimos en una época en la que las personas aprenden más rápido a hacer más y mejores producciones audiovisuales para redes sociales que a escribir piezas profundas de reflexión.
Lo explicaste perfectamente!